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Barranquilla. El senador habló con Nuestros Deportes sobre su relación con el fútbol y la música.

Por: Ronald Soto Toncel

Arturo Char se emociona cuando habla de música, su tono se pone más serio cuando toca el tema político, se torna sentimental al mostrar su amor por Junior, pero cuando se expresa con mayor pasión es al referirse al Barranquilla FC y, sobre todo, a la forma en que contribuye a desarrollar los sueños de tantos jóvenes a través del deporte que más le gusta a ellos y también a él.

Tanto le agrada esa labor que en 2003 finalizó su primera etapa en la Presidencia de Junior para comenzar un proyecto que hoy es una realidad, certificado con nombres como Teófilo Gutiérrez, Carlos Bacca y Luis Díaz.

En un diálogo para nuestra sección ¿Qué deporte practican los famosos?, el actual senador de la Républica hizo un repaso de su vida dentro del fútbol y la música, esa otra faceta que aborda como cantante y en la que está estrenando una nueva canción titulada 'Dios me dio'.

El hijo del exsenador Fuad Char y hermano de Alejandro, el actual alcalde de Barranquilla, reveló cuál es el tema que genera discordia en las reuniones familiares.

¿Qué lo apasiona más: el fútbol, la música o la política?
Jaja. Cada aspecto de la vida tiene su momento. En la música, por ejemplo, hay un momento que me gusta más una música que otra. El fútbol también lo abordo con mucha felicidad, pero no solo lo que es un partido de fútbol, sino todo lo que está detrás, que es el ser humano, los sueños, las ideas, las esperanzas de la gente. Eso también me genera mucha pasión. Y la política no te puedo negar que hay momentos en los que uno puede lograr o desarrollar una gestión que traiga beneficio a una región, ciudad o pueblo, y eso te trae una felicidad enorme. No me puedo inclinar hacia una de las tres fácilmente, pero si me toca escoger, sin duda que una de las cosas en las cuales he tenido mayor impacto, en la gente y en mi corazón, es el fútbol.

¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de Junior?
Yo recuerdo que cuando niño, los domingos que Junior jugaba en el Romelio Martínez íbamos a un almuerzo familiar donde mi abuela Herlinda y de ahí salíamos al estadio con mi mamá, mi papá, Antonio, Alex y yo, que soy el menor. Desde que comenzaba el día hablábamos del partido. En la casa de mi abuela trabajaba la señora Estílita, que sabía si iba a llover, y mi papá la llamaba para que le dijera. Durante la semana también recuerdo ver al entrenador del equipo, en ese momento el argentino José Varacka, llegar a mi casa. Yo me sentaba al lado de mi papá a escuchar la conversación entre ellos.

¿Cuál fue el primer jugador que admiró?
En el colegio yo pensaba que tenía condiciones para ser un jugador de mitad de cancha hacia adelante, pero como tenía alguna fortaleza física el entrenador me ponía de volante de marca. A mí no me gustaba porque me tocaba más destruir y yo no sentía esa parte, siempre observé y me gustaban más los jugadores creativos, los técnicos. Recuerdo a (Juan Ramón) Verón. El Junior que yo comencé a ver fue el de 1975 hacia adelante, la camada de los argentinos, yo no alcancé a ver a los brasileños. Y los argentinos tampoco eran la gran maravilla, que tuvieran el gran pie, porque ese Junior era más de obreros, de correr, sacrificio, no creo que hubiera jugadores tan talentosos. Bueno, el samario Alfredo Arango creo que era el más talentoso.

¿Y cuál es el futbolista que ha jugado en Junior que más lo ha impresionado?
Uff. Ya cuando llegamos a la época de los 80, acá llegó el peruano Julio César Uribe y me impresionaba las cosas tan rápidas que hacía. Se le veía una categoría, unas condiciones superiores al promedio en ese momento. Ese jugador me impactó, sobre todo que yo en esa época jugaba ya más adelantado en la cancha.

¿En algún momento usted soñó con ser futbolista?
jaja. Nunca me lo planteé. Pero en la casa siempre fuimos muy competitivos, mi papá nos puso a jugar béisbol desde niños, el deporte natural de él era el béisbol, y también es el más natural para mí porque desde niño desarrollé esa sensibilidad con el béisbol. El fútbol llegó un poco después y por eso me costó afianzarme. En algún momento como que me la creí que sí tenía condiciones técnicas para jugar. Pero en algún momento que quise asomarme para ver cómo era la cosa y fui por allá me di cuenta que yo jugaba como a 7 kilómetros por hora. Y todo lo que hacía, que era más o menos bien, esos muchachos lo hacían pero a 70 kilómetros por hora. Me di cuenta que era un trecho muy largo. No te voy a negar que en algún momento sentí que con esos 7 kilómetros podía, pero ya no me daba porque era muy tarde.

¿Pero alcanzó a entrenar con las divisiones menores?
Alguna vez me metí, pero me di cuenta que no era por ahí la cosa.

¿En qué año comienza su participación más formal en Junior?
A mi padre en 1984 lo nombran por decreto gobernador del Atlántico y en ese momento Antonio, que no había cumplido ni 20 años, empieza a ser el enlace con mi papá para reemplazarlo en el Junior. Alex y yo éramos solo hinchas. Hasta que por ahí en 1997, que yo trabajaba en la calle 72 en la Joyería Moderna, Carlos Ricardo me hablaba de los partidos que se jugaban en el Romelio Martínez de la Primera C y las categorías menores. Entonces a veces los miércoles dejaba la oficina y me iba a ver los partidos. Después empecé a conocer más sobre la realidad de los jugadores, algunos que vivían en el sur del departamento, unos que no tenían dónde dormir, otros que venían sin desayuno. Entonces comencé a acompañar más a las divisiones menores.

¿Cuántas veces ha estado en la Presidencia del club?
He estado dos veces. A finales de 2002 hasta diciembre de 2003. Y la segunda a finales de 2010 hasta abril de 2011.

¿Cómo fue la primera experiencia?
Fuimos subcampeones en junio de 2003. Hicimos un torneo espectacular. Pocos creían en el Junior porque era un equipo muy joven, no había cifradas ningún tipo de expectativas. Recuerdo que clasificamos con 28 puntos. Hasta había cierta preocupación con el descenso, porque habíamos terminado el 2002 muy mal, porque en ninguno de los torneos cortos se clasificó al octogonal. Había estado Julio Comesaña y al final de año estuvo algunos partidos Alexis Mendoza. Nadie pensaba que ese equipo iba a dar la pelea. Fue una época hermosa.

¿La idea de traer por primera vez a Dragan Miranovic fue suya?
Sí. En 2002 cuando él dirigía a Santa Fe yo era presidente y lo enfrentamos acá en un partido que empatamos 1-1. Lo llamé al lunes siguiente para felicitarlo por el partido, porque casi hasta nos ganan en el último minuto. En ese equipo jugaba Aldo Leao Ramírez. A partir de ese momento comenzamos a conversar.

¿Qué le llamó la atención del serbio?
Era muy ofensivo, con transiciones rápidas de defensa a ataque, fútbol en todos los sectores de la cancha; le gustaba jugar desde atrás, no tenía ese criterio de 6 jugadores para defender, uno que si sabía con el balón, él odiaba eso, de uno que era solo el '10', el genio, decía que todos tenían que ser '10' y también defender, tener un equilibrio. Me parecía que tenía conceptos interesantes.

¿Por qué dejó la Presidencia en esa primera etapa?
En 2003 cuando Dragan toma la decisión de irse a mí me afectó mucho, porque no solo habíamos desarrollado un equipo de trabajo sino una amistad. Continué y traje a su maestro, Dusan Dráskovic. No tuvimos suerte y trajimos a Jorge Luis Pinto y con él terminamos clasificando. No seguí porque yo creía en ese momento, y sigo creyendo 16 años después, en lo que estamos buscando en la parte formativa. Le pedí a mi padre que quería renunciar porque deseaba dedicarme a las divisiones menores, porque ahí estaba el futuro. En 2004 comenzamos a hacer las gestiones para adquirir la ficha de Johann FC y en 2005 ya arrancamos lo que hoy se llama Barranquilla FC, que terminó siendo el último eslabón de las divisiones menores.

¿En algún momento han pensando en que el Barranquilla ascienda a primera?
Nunca lo hemos planteado como un objetivo máximo. Hemos ido por etapas, primero nació con la idea que se constituyera en una exigencia, en una competencia para verdaderamente saber qué era lo que teníamos. Porque las menores de Junior competían con las escuelas de acá y podíamos ganar 5-0, pero no nos aseguraba que estuviéramos haciendo las cosas bien. El salto de ahí a Junior era casi que un salto al vacío. El poder validar el potencial que teníamos era con una exigencia mayor, nació con ese propósito. Pero hoy, a través de los años, puedo decir que tiene que ser un proceso formativo, pero competitivo. En los años que más jugadores el Barranquilla ha producido al fútbol de la A es cuando ha sido más competitivo y ha clasificado a los cuadrangulares. Hoy te puedo decir que la idea es seguir formando. La nómina del Barranquilla es la de menor promedio entre todos los equipos en Colombia, no nos desviamos del modelo de ser jugadores de formación. Sería más fácil traer jugadores consolidados. Exigimos que tenemos para pelear por lo menos para entrar a cuadrangulares. Este semestre estoy viendo que se nos han dado los resultados porque los jugadores han ido acumulando partidos y se está viendo un equipo más fuerte.

¿Cuál es el jugador que más le enorgullece que haya sido formado en el Barranquilla FC?
En su momento siempre nuestra bandera fue Teófilo (Gutiérrez). También Luis Carlos Ruiz, Carlos Bacca, Vladimir Hernández, Guillermo Celis, eran nuestro orgullo. Pero hoy el jugador que más lejos va a llegar puede ser Luis Díaz, porque vemos como ha sido su evolución muy rápida. No ha llegado a su techo, tiene cosas por corregir, por dar. Y yo lo veo que cada vez quiere ser mejor. Vemos una combinación de un muchacho con muchas condiciones, pero también dentro hay un guerrero y una persona especial que quiere crecer y ser mejor. No pierde la alegría por jugar y entrenar. Es un muchacho fuera de serie como persona y jugador. No ha perdido la esencia, le encanta la pelota, disfruta el fútbol. A pesar de que su situación de vida ha mejorado eso a él no lo marea ni lo saca de lo que le gusta, él no le presta atención a eso. Hay muchachos que ganan 4 pesitos más y se ponen a pensar en otras cosas y creen que ir a entrenar ya no es importante. A él no lo veo en eso. Por eso creo que va a ser el jugador del Barranquilla que va a poner el punto más alto.

¿Son ideas mías que usted es más apasionado por el Barranquilla que por Junior?
Jajaja. Yo soy Junior, por lo que te conté de cómo lo he vivido desde pequeño. Pero me apasiona mucho esto, siento mucho a este equipo porque son muchachos con tantos sueños, humildad, los veo como si fueran mis hijos, muchos son hasta menores que mis hijos. Los veo cómo van progresando, cómo van saliendo adelante. Siento que ellos me necesitan, mi presencia. Además, disfruto acompañar al Barranquilla, al presidente Ernesto Herrera, el cuerpo técnico y los jugadores.

¿Su sueño es ver algún día al Junior con 11 costeños de la cantera?
Jajaja. Yo siempre lo he dicho y nunca lo he negado que el jugador costeño le da a Junior algo más. Es un sentimiento difícil de describir en una palabra o frase, tienes que ser costeño para saber de qué se trata. Tienes que ser juniorista para poder saber lo que se siente. Cada vez que Junior ha logrado grandes resultados es cuando hemos tenido una mayoría de muchachos de la Costa. ¿Entonces por qué no soñar con eso? Ojalá algún día podamos tener un Junior de canteranos. De hecho su esencia es esa, somos un equipo que jugamos contra los del interior del país. A veces esa esa la forma como nos desahogamos de tanto palo que recibimos del interior del país.

¿En su última presidencia quiso buscar eso cuando, por ejemplo, quería que llegara Macnelly Torres por Giovanni Hernández?
Sí, me gusta la idea que los referentes del equipo sean nuestros, vernos reflejados en el equipo. Siento la necesidad de verme en el Junior, que se parezca a mi forma de ser. Siempre he creído que en el Junior tenemos que vernos los costeños reflejados. Que ese amor que uno siente los jugadores también lo sientan. Cuando estuve en la presidencia en 2003 la mayoría de los muchachos eran de acá. Ese es un pensamiento muy personal.

¿La Presidencia en 2011 la dejó por un conflicto con Giovanni Hernández?
Ese incidente con Giovanni lo superamos ambos. Pero yo después tuve que irme de Barranquilla a vivir al exterior a organizar otras cosas. Durante dos años y medio estuve por fuera. Lo de Giovanni fue en enero y yo me fui casi en abril a vivir en Estados Unidos.

¿Piensa volver a ser presidente de Junior?
No, no. La verdad es que no pienso en la Presidencia de Junior. Esto que estoy haciendo me encanta. Creo que cada día hay que fortalecer eso más, tienen que salir más Luis Díaz, vienen muchachos con más ganas. Cada día el Barranquilla gana más credibilidad. Antes llegaban mil muchachos a probarse y este año llegaron más de 7 mil. Los jóvenes quieren venir. Antes tenían que irse a otros equipos de Colombia y ahora ven que acá también pueden surgir. Me encanta ese reto, que podamos tener una organización más sólida. Hoy tenemos jugadores en todas las categorías de las selecciones Colombia. Prácticamente todos los centrodelanteros son nuestros. En la Sub 20 'el Chino' (Luis Sandoval), en la sub 17, Ferlis García; en la sub 15, Ricardo Caraballo. También está Jesús Díaz, el hermano de Luis, que me dicen que es mejor. Estamos cada día trabajando más en ese sueño.

¿Es cierto que las discusiones en su familia son por Junior?
No discutimos por política. Nunca peleamos por dinero ni por nada material, pero muchas veces terminamos discutiendo, y fuerte, cuando hablamos de Junior. Uff. Es un tema delicado en nuestra familia. De pronto la gente no lo sabe. A veces voy a las reuniones o vienen a mi casa y digo: 'ojalá, Dios mío, no hablemos de Junior para no pelear'. Pero siempre terminamos hablando de Junior y peleando.

¿Por jugadores, por técnicos o por qué?
Porque siempre estamos tratando de encontrar la salida. De pronto una persona hace una crítica sobre algún jugador y a otro no le gusta. Es un tema bastante sensible, porque en realidad nadie al final tiene la razón, el fútbol es una conversación que nunca termina. El elemento fundamental del fútbol es el ser humano, y el ser humano es complejo y está lleno de emociones, de sueños, tristezas y alegrías. Por eso el tema se ha vuelto complejo.

¿Ha escuchado la expresión de algunos hinchas que dicen: 'si los Char manejaran a Junior como a sus otras empresas sería el mejor equipo de Colombia? ¿Es una percepción equivocada?
Yo creo que siempre ha sido lo más importante. Tan importante es que siempre es un tema obligado, que siempre está en el centro de las reuniones familiares. Es muy relativo el éxito del equipo. Junior desafortunadamente está condenado a sus resultados. Pero siempre se han hecho inversiones, hemos traído jugadores de Brasil, de Argentina, ahora ya es más complicado traer de esos países pero nunca ha faltado la inversión. A veces se acierta. A veces dos jugadores te cambian completamente el equipo. Así de difícil es el tema del fútbol.

¿Recuerda algún caso de un jugador que hayan gestionado para traer y no hayan podido?
Uff. Muchos que la gente nunca supo pero se hicieron gestiones. Por ejemplo, yo le dediqué mucho tiempo a Macnelly Torres, que es de la cantera de nosotros y en su momento no le dimos el valor que tenía. Después fue clave en toda esa hegemonía que tuvo Nacional. Prácticamente Junior lo regaló a Cúcuta y allá fue campeón, también en Chile. Aunque después vino y luego se fue. En su momento también hicimos gestión por David Ferreira cuando jugaba en el Dallas.

¿Cuál ha sido el jugador más malo que ha visto en Junior?
Uy. Varios. Pero no quiero mencionarlos porque me parece una grosería. También muchos jugadores que uno los ve triunfar en Huila o Bucaramanga no necesariamente van a triunfar en Junior. El paladar de los junioristas es muy exquisito, nos gusta el jugador con muy buen pie, pero al mismo tiempo con mucha personalidad y amor propio. A veces llegan jugadores que cuando se ponen la camiseta les pesa. Yo pienso que a Junior deben venir jugadores que marquen diferencia, que sean diferentes, no solo en lo futbolístico sino también en lo personal. Que vengan a aportarnos mucho en el comportamiento, liderazgo, que sean buenas personas. A veces nos concentramos más en las características del jugador y no vemos qué persona es, cómo es su comportamiento y qué le puede aportar a la institución.

¿Hoy en día se mete en el tema de contrataciones?
No. La verdad que poco, porque estoy ocupado en otras cosas. A veces en las reuniones familiares opino. El Junior tiene su propia junta directiva y allá es donde toman las decisiones. De pronto en las reuniones familiares me pueden preguntar mi opinión pero poco participo en las contrataciones.

Julio Comesaña dijo que el Junior de 2018 era el mejor de la historia, más que el de 1993-1994. ¿Qué piensa?
Es que el fútbol ha cambiado mucho y se ha vuelto cada vez más global. Lo que está pasando en Junior lo están viendo en todo el mundo. El fútbol es una red increíble, un lenguaje universal, y hoy todo tiene más repercusión, lo bueno y lo malo. Ese equipo del 93 jugando hoy también daría mucho de qué hablar porque era un equipo tremendo. ¿Te imaginas ver a Valderrama con Valenciano, 'Pachequito' y el 'Niche' Guerrero? También Oswaldo Mackenzie. Ese era un equipo muy especial. Solamente sabe lo que fue ese equipo los que vivimos esas emociones. No creo que sea fácil hacer esa comparación.

¿Pero cuál le gustó más?
Aquel equipo a mí me marcó, porque lo vi, grité y brinqué con ese equipo. Pero el campeón del año pasado tiene otro sabor, un equipo con un buen fútbol y otro sabor.

¿Por qué Julio Comesaña, con 8 etapas, y Miguel Ángel 'Zurdo' López, con 7, han dirigido tanto a Junior?
Yo no soy quién para responder porque no los he traído a ninguno de los dos. Nunca.

En algún momento decían que su hermano Antonio es el padrino de Comesaña y Arturo el del 'Zurdo'...
No, jamás. Yo no. Yo diría que esto del fútbol pasa mucho mucho por el feeling que se tiene con las personas, el nivel de confianza y que la comunicación sea muy fluida entre el presidente y el entrenador. Entre ellos debe haber unos lazos muy especiales, no son fáciles de construir. En su momento mi papá, que contrataba al 'Zurdo', se sentía muy cómodo con él, porque se sentaban horas y horas a hablar. Sentía que había confianza y le creía, porque también es importante creer. No sé si esa es la respuesta. Si le preguntas a Antonio o mi papá creo que por ahí será la cosa.

¿Cuál es su Top 5 de jugadores de Junior?
Bueno, ahora yo creo que a Luis Díaz hay que ponerlo ahí. Víctor Cantillo. Por supuesto Teófilo, Carlos Valderrama e Iván Valenciano, para mencionar algunos.

Dejemos el fútbol y hablemos de su otra pasión. ¿Cuándo le comenzó a gustar la música?
Siempre cantaba en el baño, ponía música romántica, baladas de Roberto Carlos, José Luis Perales, José José, Yordano, José Feliciano. Y, por supuesto, toda la salsa: El Gran Combo, Sonora Ponceña y el más grande: Ismael Rivera. Aparte que mi tío favorito, que es Mike Char, es un hombre absolutamente musical. Recuerdo que yo cantaba pero no sabía si afinaba. Creo que el barranquillero tiene un futbolista y un músico dentro. Recuerdo que tomaba la percusión y hacía patrones rítmicos, sin que nadie me lo ensañara. Creía que lo estaba haciendo bien, hasta que hablaba con un profesor y me decía: 'oye, pero tú no lo estás haciendo bien'. O alguien que me escuchaba cantar y me decía 'te desafinaste en la nota esta'.

¿Cuándo se lo tomó más en serio?
Lo más importante es que ese ímpetu y energía musical siempre ha estado presente y me acompaña. Un día di con la persona que me sentí bien para hacer lo que me gusta. Yo le digo una cantidad de barbaridades a Basilio Márquez y él, que sí sabe lo que es el pentagrama, se ríe, pero al final dice: 'sí, tiene sentido lo que dice', y acolita todas las cosas que le propongo. Al lado de él me he venido formando como músico.

¿Cuántas canciones ha grabado?
Muchas. Hay algunas que no las he terminado. En diciembre del año pasado saqué un CD con 18 canciones, pero todavía estoy con una buena cantidad en las que estoy trabajando. Y acabo de sacar una que se llama 'Dios me dio'. Ahí vamos con la música, sin ninguna expectativa de nada, no tengo un plan, solo lo que va surgiendo, pero eso sí digo que no se detiene.

¿En algún momento pensó hacer su carrera como músico antes que ser político?
En algún momento llegué a tener un grupo, tocábamos y se puso la cosa como que muy frecuente, los fines de semana, pero eso fue algo que me lo planteé hace más de 30 años. Pero ya después me di cuenta que ese no iba a ser mi camino. Pero sí dije que no iba dejar morir ese músico que está dentro de mí, porque sería dejar que una parte de mí también se muera. Por eso lo he venido haciendo a pesar de que mi actividad como político de pronto no compagina. Pero yo no tengo que seguirle los pasos a nadie ni parecerme a nadie, yo soy como soy.

Por: Ronald Soto Toncel - Twitter: @ronaldodavid - @nuestrosdportes

Fotos: Archivo particular y archivo El Heraldo

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